Dentro de unos meses a mi familia se va a incorporar una pequeña a la que, sin conocerla aún, sé que voy a querer (y consentir) muchísimo. Llevaba mucho tiempo esperando este momento, así que no me ha costado nada activar la operación bebé sobrina. En las conversaciones telefónicas con mi madre ahora siempre hay un rato en el que planificamos las labores handmade. Ella que lleva toda la vida haciéndole ajuares a los bebés de amigos y familiares, me lleva mucha ventaja; pero yo aporto el toque Pinterest, guardando todas las cosas bonitas que tenemos que hacer en estos meses que restan de embarazo. Trabajo en equipo.
La primera de mis labores ha sido muy, pero que muy sencilla. Aprovechando mi visita a una tienda en busca de unas agujas de ganchillo, vi este babero preparado para punto de cruz. Me lo llevé a casa y en cuanto tuve un rato me puse manos a la obra buscando un motivo que bordar en él.
Como todavía no teníamos (ni tenemos) nombre, se me ocurrió que el primero de sus baberos tenía que tener un toque marinero. El motivo que elegí es el de un barco velero escoltado por dos corazones. Como no podía ser de otra forma, siendo un motivo tan naval, me decanté por dos azules: un azul claro para el relleno y un azul añil para delimitar el borde.
Aunque la pequeña nazca en una ciudad sin mar, espero que este babero le recuerde que en sus venas corre el salitre del Cantábrico ♡
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