Hay un pensamiento que mi cabeza repite últimamente: ¿y si pudiera congelar este instante? Cuando me asaltan estas ideas repetitivas tengo la sensación de ir descubriendo señales a cada paso, como si alguien hubiese decidido ir dejándome pequeñas huellas que me llevan a la recurrencia. Como cuando tu hermana te cuenta que está embarazada y sólo ves embarazadas o te atreves a cortarte el pelo y todo el mundo parece haber dado el mismo salto que tú.
Quizás por eso, quien quiera que yo no deje de pensar en la volatilidad del paso del tiempo, me llevó a sentarme el otro día en el vagón de un tren cualquiera, al lado de una mujer que me confesó, con pesadumbre, que cuando era joven no salía de casa sin sus tacones de nueve centímetros (los míos que no llegan a los siete debieron de parecerle una broma). Para posteriormente hacerme abrir un libro recién estrenado, por una página cualquiera, con un párrafo que decía algo así: “No deberías mirar la vía férrea. Si la miras te sentirás mareado. Simplemente aprecia los paisajes que divisas desde el tren”. No contento con ello, al llegar al trabajo y comenzar la rutina, me hizo descubrir por casualidad esta maravilla llamada cinemagraphs.
Jamie y Kevin, los artífices de estas instantáneas, los definen como pequeños momentos capturados en una fotografía estática. Es un género que se mueve entre la fotografía y el vídeo, el cual le confiere un aura muy especial. Estamos acostumbrados a ver decenas de gif diariamente, pero el trabajo de estos creativos para mí se asemeja a un cofre en el que hubiésemos guardado un pedazo de nuestra vida para recuperarlo siempre que necesitemos revivirlo.
¿Vosotrxs también sentís la necesidad de congelar instantes? Y si tuvierais que elegir uno, ¿cuál transformaríais en un cinemagraph?
Fuente de las fotografías: Cinemagrahs
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